Un detalle marca la diferencia del Arsenal respecto al equipo irregular de los últimos años. Ese detalle tiene nombre y apellido; Mesut Özil. Era la pieza que le faltaba a Wenger para transformar un buen equipo en un equipo ganador.
Mesut hace bueno a los 4 o 5 que se dedican alrededor suyo a crear peligro en el área rival, sin embargo, el que mas nota su presencia es el delantero. Con un simple desmarque por detrás de la defensa sabe que va a recibir un pase medido directo a su movimiento.
Por supuesto que para que el Arsenal juegue al ritmo al que lo hace a día de hoy hay que tener muy buenos jugadores, y este equipo los tiene; Aarom Ramsey se encuentra en el mejor momento de su carrera, Cazorla da muestras de su clase día a día y jack Wilshere está dejando de ser la eterna promesa para convertirse en un explendido centrocampista.
Veremos hasta que punto podrá funcionar este equipo joven en los momentos clave de la temporada. Lo único que sabemos es que ahora Wenger puede estar manejando a un equipo campeón en el mes de mayo.
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